Hoy, día 12 de mayo, es el día internacional de la enfermería, y como proyecto de enfermera que siente pasión por la que será en un futuro su profesión, tengo la necesidad de crear esta entrada en honor a ella.
La enfermería sorprende, y lo digo desde la propia experiencia porque siendo sincera, no era mi primera opción, de hecho, ni siquiera la consideraba una opción. Muchas personas de mi entorno cuando entré en septiembre en la universidad me dijeron que tuviera paciencia y le diera una oportunidad, porque a lo mejor podía sorprenderme, en cambio yo me ofusqué una y otra vez y me cerré en banda, pensando que al no haber conseguido lo que yo quería, nada podría llenarme. No obstante, el curso fue avanzando y cada vez, sin darme cuenta y probablemente sin yo querer, me fui enganchando y encontrando el lado bonito de la enfermería que todos veían y yo no.
Os preguntaréis por qué sentía ese gran rechazo por mi actual carrera, y la respuesta es por la concepción que tenía de ella. Yo pensé en un principio que la enfermería era una profesión centrada en aquellos roles que el médico delegaba, y que la función básica era la de coger vías e inyectar medicación, o como decimos en mi clase vulgarmente, nuestro oficio no iba a ser otro que el de "pincha culos". Sin embargo, a medida que mi formación iba poco a poco aumentando, he podido ver que los enfermeros han sido, son y seremos mucho más que eso. De hecho y en reivindicación a lo que hacemos realmente, en mi curso hemos realizado un vídeo, con el que intentamos mostrar el importante papel que lleva a cabo la enfermería en el cuidado del paciente, porque eso es lo que hacen los enfermeros CUIDAR. En el vídeo, además incluimos un hashtag (#EnfermeríaHaceMás) con el que queremos hacer visible que la labor del enfermero es mucho más de lo que el estereotipo difundido actualmente, hace creer.
Por mi parte, lo que más me ha llamado la atención de la profesión, tal vez por mi lado humanista y algo samaritano irrefrenable, es la importancia que adquirimos a la hora de proporcionar atenciones, cuidados y ayuda a los pacientes. Sin duda, me encanta pensar que cuando trabaje (o al menos cuando este de prácticas), no trataré a los enfermos que lleguen a la consulta como un simple número al que poner la medicación indicada pantalla, sino que serán personas, con nombres y apellidos, a los que poder ayudar en todos los ámbitos que me sea posible para mejorar su calidad de vida.
Sé que mi última frase es muy difícil de ser llevada a cabo por el déficit de tiempo con el que se cuenta, y tal vez no sea más que una idea loca de una chica que piensa en la posibilidad de un mundo de color de rosas, pero también una de las madres de la enfermería, Florence Nightingale, fue en su momento considerada como una chica revolucionaria, con unas ideas locas y demasiado tiempo libre para elaborarlas. Para mí, y creo que para muchos enfermeros, Florence, fue una mujer adelantada a su tiempo, que sentía pasión por lo que hacía como enfermera, pasión por cuidar, ¿por qué no seguir nosotros sus pasos?
¡FELIZ DÍA A TODOS LOS ENFERMEROS! Creo que tenemos la suerte de haber escogido la profesión más bonita del mundo, la de CUIDAR.
Pd: Aquí os dejo algunas imágenes para mostraros un poquito de la realidad de la magia de la enfermería.
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